sábado, 5 de noviembre de 2011

El debate del "morro"

Corría el año 1993. Yo era un joven estudiante preparándome para ingresar en la Universidad cuando, allá por el mes de Junio, tuvo lugar el primer debate electoral del que tengo recuerdo. Fué el famoso cara a cara entre González y Aznar que retransmitieron, si no me falla la memoria, Telecinco y Antena 3. Aunque ya me resultó poco democrática aquella fórmula, recuerdo que seguí de manera apasionada aquella confrontación. Tal vez debido a la inocencia propia de la edad. Pero hubo un pequeño detalle, sucedido en aquellas fechas, que quedó registrado en mi memoria. Seguramente se trate de algo que nadie recuerde, ni siquiera YouTube, ese extraño artilugio que va camino de convertirse en nuestro subconsciente colectivo. El candidato a la presidencia de un ya decadente CDS (siento no recordar su nombre), fué interrogado por un periodista en torno al "debate del morbo".  El hombre sorprendió a propios y extraños al afirmar que más que ante el debate del morbo estábamos ante "el debate del morro". Lo argumentó en base a que "Socialistas y Populares tenían mucho morro en erigirse como únicas soluciones de estado cuando, unos en el gobierno central, y, otros en las autonomías, habían llevado al pais a un profundo estado de crisis".

Lo que no imaginaba aquel político es que sus palabras irían adquiriendo un dramático y cruel sentido con el paso de los años, las legislaturas y los debates. Hoy más que nunca nos enfrentamos al "debate del morro". Social-Demócratas y Conservadores, Demócratas y Repúblicanos, Laboristas y Conservadores, Peronistas y Radicales, Socialistas y Populares, etc... Como un macabro partido de tenis que no terminará nunca, enzarzados en un "juego de la muerte" que ha convertido las esperanzas del género humano en una pesadilla. ¿Hacía donde caerá la pelota? ¿Quién será el próximo en ostentar el titulo de este aburrido partido? ¿De este cerrado torneo? ¿Quién llevará los galones hasta el próximo enfrentamiento?

En realidad poco importa, porque la escasa diversidad política de nuestro democrático (?) y avanzado(?) modelo occidental, es menos diversa aún. La doble naturaleza política del que muchos llaman "el menos malo de los sistemas", es única y sencilla. Los dos modelos, llamémosles "Conservadores y Social-Democrátas" por adoptar alguna de las múltiples terminologías que adoptan para transmitir pluralidad, se funden en una única ideologia: Neoliberalismo. Sí, aquello que ninguno de ellos cuestiona por más cumbres, comicios y debates que organicen. Aquello que jamás se pondrá en cuestión, por más que crezca el índice de desempleo, bajen los salarios, aumente la pobreza y el hambre. El sistema y la ideología que los privilegiados han creado para perpetuarse en sus privilegios, valga la redundancia. Aquellos que pagan las campañas electorales de unos y de otros, aunque ahora el señor Rubalcaba se pase veinte días diciendo "que ellos no són mediáticos".

El lunes se enfrentan en debate los responsables del derrumbe económico, o al menos los representantes de los responsables aquí en España. Porque estamos ante un modelo global como la propia crisis. El lunes hablarán y lanzarán promesas los defensores de un sistema fracasado, los delegados locales del orden mundial. Aquel orden que ha alcanzado el record histórico de desempleados en el mundo según datos de la ONU (ver enlace publicado en este blogg), y la mareante cifra de 24000 muertes al día por hambre (datos de la FAO). El mismo orden que rescata una y otra vez a los causantes de tal escarnio y castiga cruelmente a sus victimas con recortes en sanidad y educación, bajadas de salarios, impuestos no progresivos (como el IVA). El mismo orden que proclama que "los referendum asustan a los mercados", como si la opinión de estos les importará más que el drama diario de trabajadores, pensionistas, pequeños empresarios, deshauciados, ... Cada uno dirá que él es muy bueno y el otro muy malo, pero insistirán en la confianza y en la defensa de las mismas recetas que han llevado al desastre: privatizaciones, liberalismo, no intervención en los mercados, estimulaciones a bancos y capital (ya lo han probado todo para despertar su misericordia) y el respeto al marco y las instituciones dominantes.

En el fondo resulta absolutamente necesaria esta dualidad. Nos mantiene en la ilusión del cambio cuando las cosas van mal. Lo que hay detrás es la cruda realidad de una sutil dictadura. Lo que Stéphane Hessel califica como "el tercer totalitarismo de la era moderna", trás los modelos fascista y estalinista. Hoy no vienen con tanques, ni con con Falcon verdes. Nos adormecen con esloganes fáciles y seductores, con tele-basura, con despolitización de la juventud (sí, a los políticos les interesa la despolitización) ó con debates como el del lunes.

Bueno, le hago pues, un pequeño homenaje a Rafael Calvo Ortega, ya que acabo de descubrir (previa consulta con wikipedia) que el fué el candidato del CDS que acuñó esta frase en 1993. No le conozco, pero celebro que no haya terminado por recalar en el PP, cosa que he averiguado tras indagar en su biografía. Mantengo la esperanza de que hoy, dieciocho años después, siga pensando que se nos viene el "debate del morro". Lunes por la noche y sin partido de los lunes, que casualidad. ¡ Que Dios nos pille confesados !

1 comentario:

  1. La verdad es que ya lo llevamos hablando un tiempo y no es justo en absoluto sino mira lo que hacen en dinamarca :
    http://www.meneame.net/story/esto-debate-normal-captura-debate-tv-noruega.

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